🌿 Despertar espiritual: la historia que nadie te cuenta (y que tal vez tú estés viviendo)
Hay algo que no te dicen sobre el despertar espiritual: que muchas veces, empieza con una crisis. Con una noche en vela. Con un "ya no puedo más". No con luces, ni ángeles, ni epifanÃas, sino con un cansancio profundo del alma. Con un quiebre. Con una vida que ya no encaja, aunque siga igual por fuera.
Yo no sabÃa que lo estaba viviendo. Solo sabÃa que algo
dentro de mà se habÃa roto... o más bien, se estaba soltando. Como si me
estuviera descascarando. Como si todo lo que creÃa que era, estuviera
derritiéndose sin aviso.
El principio del fin... y del comienzo
Todo comenzó un martes cualquiera. Llevaba meses sintiéndome
desconectada de todo. HacÃa lo que "debÃa" hacer. Iba a trabajar.
SonreÃa en las fotos. Contestaba mensajes. Pero dentro... todo era silencio.
Una mañana, mientras me miraba en el espejo, me pregunté:
"¿Y si todo esto no es todo? ¿Y si hay algo más?"
No lo sabÃa entonces, pero esa pregunta fue la semilla.
Cuando el alma empieza a gritar bajito
El despertar espiritual no siempre se siente como un relámpago.
A veces es como un susurro que insiste. Una incomodidad que crece. Un anhelo
por algo que aún no puedes nombrar.
Empiezas a mirar tu vida y te das cuenta de que algo no
cuadra. Que lo que antes te llenaba, ahora te aburre. Que tus rutinas te
asfixian. Que tus metas ya no te emocionan. Y entonces sientes culpa, porque
"todo está bien"... pero tú no.
Nadie te cuenta que esta fase puede parecer tristeza,
ansiedad o apatÃa. Que vas a pensar que estás fallando. Que te vas a sentir
sola. Pero en realidad, estás empezando a despertar.
El desorden sagrado
Primero todo se desordena. Emociones a flor de piel.
Relaciones que ya no resuenan. Cambios de humor. Sensibilidad extrema. La
necesidad urgente de estar sola. De entender. De buscar respuestas.
Empiezas a leer sobre espiritualidad. Te encuentras con
palabras como "conciencia", "presencia",
"energÃa". Y algo dentro de ti hace clic.
Te descubres llorando con una canción. Te conmueve un
atardecer. Empiezas a meditar sin saber bien cómo. Te alejas del ruido. Te
haces preguntas que antes evitabas. Quieres ir más profundo.
Y asà comienza el viaje.
Lo que nadie te cuenta (pero necesitas saber)
- Despertar
no es volverse especial. Es volverse más auténtico. Más tú.
- No
todos te van a entender. Y eso está bien. Este camino es tuyo.
- A
veces vas a querer volver atrás. Pero ya no podrás. Porque viste lo
que viste. Sentiste lo que sentiste.
- No
todo será luz. También habrá sombra. Y necesitarás abrazarla.
- El
despertar no tiene final. Es una espiral. Una expansión constante.
La parte hermosa (aunque duela al principio)
Un dÃa, después de todo el caos, empieza a aparecer la
calma. No la de antes. No la calma fingida. Sino una calma real. Como si por
fin estuvieras en casa... dentro de ti.
Te das cuenta de que no necesitas tantas cosas para ser
feliz. Que puedes vivir más lento. Que puedes decir "no" sin culpa.
Que puedes llorar sin sentirte débil.
Empiezas a confiar. A mirar la vida con ojos nuevos. A
escuchar tu intuición. A elegir lo que vibra contigo. A soltar lo que ya no.
Y entonces entiendes...
Que despertar no es llegar a ningún lado. Es recordar lo que
siempre fuiste. Es volver. Es renacer.
Si estás ahÃ...
Si sientes que nada tiene sentido. Si lloras sin motivo. Si
te alejas de lo superficial. Si te haces preguntas incómodas. Si estás buscando
algo más profundo...
Entonces quizás, solo quizás, tú también estás
despertando.
Y aunque el camino pueda parecer incierto, te prometo: no
estás sola. No estás roto. No estás perdido.
Estás naciendo de nuevo.
Bienvenido a casa.
© 2025 By Elemont
Comentarios
Publicar un comentario